El refuerzo de los pilares consistió en zuncharles, en toda la altura, desde las zapatas de cimentación hasta la cara inferior del primer forjado, un forrado compuesto por una armadura estructural y un microhormigón de alta resistencia, previa ejecución de los preceptivos taladros a las zapatas, a una profundidad de 30 cm y 14 mm. de diámetro, para anclaje de armaduras longitudinales. Los taladros fueron rellenados con resina de anclajes.
Terminado el proceso de la colocación de toda la nueva armadura al pilar, se procedió a la preparación y colocación de los elementos de encofrado para el vertido del microhormigón, por la parte superior del encofrado, utilizando un microhormigón, monocomponente, fluido, ligeramente expansivo y de alta resistencia, a base de cemento.